Mientras tanto, una parte de la policía destacada en el “Taty” García protegía a la terna arbitral y otros agentes intentaban parar esta locura desatada en pocos segundos.
Es verdad que muchos jugadores, parte de los cuerpos técnicos y dirigentes de ambos equipos, no entraron en la lucha sino que por lo contrario buscaron calmar esta situación completamente desmadrada de lo que era un lindo partido de fútbol.
No recuerdo en 25 años de cobertura periodística en partidos de Liga Madariaguense, haber presenciado semejante agresión entre jugadores y otros intrusos. Por momentos nos daba la impresión que estábamos en el coliseo romano observando un espectáculo entre gladiadores.
Recuerdo también en el tiempo, otros duros combates en una final entre Juventud Unida y San Vicente en el Estadio Alcuaz, pero ni cerca estuvo de lo que pasó en la tarde de hoy en Pinamar.
Con muy buen criterio a los 25 minutos, el árbitro Sergio Funes, después de haber presenciado este bochornoso y triste momento, suspende el partido ante la falta de garantías para continuar con el espectáculo.
El Juez elevará, seguramente, un durísimo informe que en días más estará en manos del Tribunal de Disciplina y después se conocerán las sanciones que recibirán algunos irresponsables.
El Juez elevará, seguramente, un durísimo informe que en días más estará en manos del Tribunal de Disciplina y después se conocerán las sanciones que recibirán algunos irresponsables.
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