martes, 29 de septiembre de 2015

UNA VEZ MÁS FUE PARA EL LEÓN

Por Héctor "loli" Palacios
Un excelente marco de público fue testigo de dos realidades deportivas distintas, dentro y fuera de la cancha. La llegada a los vestuarios mostraba el estado de ánimo y los deseos de cada plantel. El local con la tranquilidad que le daba los últimos resultados ante su rival y la falta de presión por el torneo conseguido, pero principalmente el saber que hoy, hombre por hombre, cuenta con más experiencia y jerarquía. Por su parte Juventud Unida con muchos jugadores jóvenes, a los cuales les está costando encontrar un funcionamiento y un patrón de juego que esté a la altura de la historia de sus colores, con la obligación de torcer la paternidad de los últimos clásicos.
Esas disimiles realidades se vieron reflejadas en el campo de juego. Desde los primeros minutos fue El León quien marcó el ritmo, quien llegó al arco bien custodiado por Pérez las veces que se lo propuso, por eso no sorprendió la veloz corrida de Romero entre los centrales para poner la apertura del marcador o la llegada de Gallardo por detrás de una defensa estática para poner el 2 a 0 cuatro minutos más tarde, o las posibilidades de poder aumentar la cifra con Harisgarat, Romero o Gallardo. Lo más sorprendente en esta primera etapa fue la falta de rebeldía, de un patrón de juego, de amor propio de un Juventud Unida que veía como su clásico rival llegaba cuando se lo proponía sin oponer resistencia.
Los cambios realizados en la segunda etapa por el cuerpo técnico Coronel-Iglesias, nada aportaron para cambiar una realidad que ya estaba sellada. El León siguió teniendo el dominio del partido por eso no extrañó que Saranite aumentara con un penal cuando restaban 5 minutos y sobre la hora el descuento del rojo en unas de las esporádicas llegadas por intermedio de Gastón Desimone.
Un resultado final de 3 a 1 favorable a El León que pudo ser más amplio, diferencias futbolísticas entre el último campeón y este inexpresivo Juventud Unida.

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